lunes, 22 de julio de 2013

¿La crisis de crecimiento en Europa es coyuntural o estructural?

El comportamiento económico de la vieja Europa está siendo analizado en busca de pautas que indetifiquen si es una crisis de crecimiento coyuntural o estructural. Dependiendo de su calificación real estaremos hablando de plazos distintos en la vuelta a la normalidad económica. El comienzo de la crisis fue igualmente intenso en la economía americana y en la europea, pero es a partir de 2011 cuando se observa una dinámica diferente. La intensidad y el mantenimiento de medidas económicas heterodoxas en el caso americano ponen la diferencia en el comportamiento observado respecto a la gestión de la crisis en la Unión Europea. Un ejemplo utilizado ampliamente durante la crisis para intentar identificar similitudes que ayuden a responder si la actuación de los responsables económicos europeos ha sido el correcto es la crisis de deuda latinoamericana en la década de los ochenta. En aquella ocasión el diagnóstico del problema fue erróneo de manera que se pensaba que era una simple crisis pasajera a causa de desequilibrios de cuenta corriente y deuda exterior que se podía solucionar con medidas de ajuste convencionales. Otro elemento que no se detectó hasta bien avanzado la crisis fue que no se trataba de dificultades transitorias de liquidez, sino de un problema de solvencia y por tanto de capacidad para devolver deuda y principal.  La primera fase de (1982-1985) o fase de contención estuvo orientada a evitar un colapso del sistema bancario americano, algo que se consiguió. La segunda fase estuvo orientada por el plan Baker (1986-1988) el cual detectó que el plazo de resolución de la crisis sería más dilatado aunque no prestó suficiente interés por los problemas de solvencia de algunos países de la zona. La fase final o de resolución de la crisis estuvo guiada por el plan Brady (1989-1998), quien entendió que el crecimiento se había desatendido, y por tanto la única forma de conseguir estabilizar y reducir la deuda externa de las economías latinoamericanas era orientando parte de la financiación a objetivos ajenos a la devolución de deuda y pago de intereses.

Obviamente las comparaciones hay que hacerlas dentro de la cautela. Estados Unidos y su sistema bancario fue el gran perjudicado y por tanto el principal implicado en la gestión de la crisis americana, mientras que Alemania ha sido el encargado de dirigir las políticas económicas en la zona euro. El trauma de la Gran Depresión de los años treinta para los estadounidenses, no coincide con el complejo histórico alemán que le supuso la Gran Inflación de los años veinte. La ortodoxia monetaria, el control presupuestario estricto, y los planes severos de austeridad han provocado un impacto excesivo en el crecimiento de la zona euro, algo que parece están empezando a corregir una vez que Francia ha impuesto un cambio de agenda ante el escenario sombrío que se avecinaba. Otra diferencia a destacar es que mientras las economías latinoamericanas pertenecían al grupo de economías en desarrollo, Europa es una zona cuya estructura económica la encajan dentro de las economías más desarrolladas del planeta, aunque dentro de ésta existan países con fuertes desequilibrios macroeconómicos puestos de manifiesto con la crisis. La existencias de tantas divisas como países involucrados es otro elemento diferencial, y una vez el euro fuera de peligro, la lentitud en la toma de decisiones de la instituciones comunitarias parece ser un elemento negativo, del que los americanos no tienen que preocuparse una vez que las medidas se toman de forma centralizada a nivel federal, mientras que en Europa se necesita de un complejo y laborioso esquema de negociaciones y compromisos claramente ineficientes en un momento como el actual. En conclusión, y volviendo a la pregunta sobre el plazo para resolver definitivamente la crisis económica, parece claro que será larga y probablemente se tome algunos años estabilizar los desequilibrios de deuda pública, pero igualmente parece claro que una vez identificados los problemas de solvencia dentro de la zona euro y estabilizado el sistema bancario europeo, el crecimiento es fundamental para que el incremento de la deuda/PIB que está en el origen de la segunda oleada de recesión no se deba al denominador. Dieciséis años tardaron en América del Sur en volver a la "normalidad", y si realizamos un salto al vacío sería la década de 2020 en adelante cuando llegaría dicha "normalidad" a la zona euro,  no sin antes haber aprendido la lección. Es evidente que existen elementos que arrojan esperanzas en cuanto al plazo antes comentado, aunque todo depende de la actitud y grado de compromiso fiscal que adopten los países europeos.